LA COLOMBIANADA EN MEDIO DEL CORONAVIRUS
Así le llamamos a ciertas actitudes y acciones típicas de los colombianos, sin ser exclusivas de alguna región, raza, situación económica o social, simplemente cualquier persona del territorio colombiano puede salir con estas “joyas”.
Ante la crisis mundial por el coronavirus, la cual se ha venido esparciendo por el mundo, mientras contra el reloj los países a la vanguardia como Alemania, China y Estados Unidos trabajan por hallar la cura, en Colombia reina la desinformación y las consecuencias de un sistema de salud deficiente que va de la mano de las complicadas condiciones laborales de muchos de los colombianos. A causa de lo anterior encontramos tres puntos de partida para analizar la visión del país en tiempos de virus.
Las Autoridades
Por parte del gobierno nacional y mandatarios locales se han tomado distintas medidas para la prevención del contagio por parte de los ciudadanos, lamentablemente de aquí parte el principal problema en cuanto a la desinformación y falta de articulación de las acciones de control y prevención ante la pandemia.
En cabeza del Presidente Iván Duque y su Ministra del Interior, se empezaron a tomar algunas decisiones, aunque tardías, puesto que ya algunos gobernadores y alcaldes habían comenzado con sus planes de acción. Por parte de la Presidencia de la República se ordenó que cualquier acción debe pasar por el despacho del Presidente para su respectiva aprobación, dejando en vilo decisiones ya tomadas pero que al día siguiente, el mismo Iván Duque, salió anunciando que las medidas seguirían vigentes.
Todo lo anterior produce una gran desconfianza en cuanto al actuar de quienes son los llamados propender el bienestar de la población, incluso ya en informaciones internacionales ya se hacen señalamientos sobre la inconformidad de la población por el actuar del Presidente al tratar de demostrar su mando sobre los locales, y las aseveraciones de la Ministra del Interior, Alicia Arango donde indica que “No se pueden cerrar las ciudades y menos donde no ha llegado el virus”, cuando es precisamente lo que se quiere evitar.
Una de las medidas que ya se han tomados en varios países latinoamericanos es el cierre de los aeropuertos para impedir vuelos internacionales, algo que hasta ahora se contempló por parte del gobierno nacional y que se hará efectivo luego del simulacro de aislamiento que termina el día 23 de marzo, lo que ha llevado a acusaciones por parte algunas personas a través de redes sociales, de priorizar intereses económicos sobre el bienestar de la población.
Los conscientes
Luego de ver la avalancha de información por parte de medios locales, nacionales e internacionales acerca de la pandemia, muchos de los medios han estado replicando y transmitiendo en aras de generar conciencia en los ciudadanos acerca de los cuidados y medidas eficaces para frenar el crecimiento del virus en la población local, y aunque el exceso y constante bombardeo a veces puede ir en contra vía del objetivo, puesto que puede producir pánico en momentos donde debe reinar la objetividad y la calma, se parte de la buena fe para evitar que la tragedia de varios países se pueda multiplicar.
En este caso muchos ciudadanos han decidido iniciar un aislamiento voluntario para protegerse no solo a sí mismos sino también a sus familiares, teniendo en cuenta que aún no hay un tratamiento o vacuna para el virus y que además el ya saturado sistema de salud liderado por las EPS, no está preparado para estas situaciones como lo denuncio la Procuraduría.
Lo complicado de las personas que tratan de prevenir el tema del virus radica en los extremos, algunos cayendo en pánico por hacer las compras para los días de aislamiento, provocando que muchos comerciantes inconscientes elevaran sus precios a costa de las necesidades de muchos por tener lo necesario en sus casas y de esa forma no tener la necesidad de salir si quiera a comprar lo del desayuno. Obviamente también existen casos como el acaparamiento de algunos productos pero eso no es exclusivo de las “colombianadas”, también ha sucedido en otras partes del mundo.
Los indiferentes
Por así llamarlos, puesto que en otros lugares han dejado otros apelativos un poco más fuertes debido a sus acciones y las consecuencias que pueden traer, por eso esta es la mayor “colombianada” de todas.
Si por un lado tenemos un gobierno desordenado que parece carecer de pantalones para afrontar una crisis, priorizando otros intereses y por otro tenemos una población temerosa y sobre expuesta a la información de los medios de comunicación, en tercer lugar pero no menos importante se encuentra esa parte de la población donde no importa nada más que sus intereses y necesidades personales, sin importar ir en contravía del bienestar de los demás.
Ante la declaración de simulacro de aislamiento preventivo y toque de queda en varias ciudades y departamentos, muchas empresas acatando la orden indicaron a sus empleados como trabajar desde casa o simplemente permitirles el aislamiento, lo que para muchos no significo otra cosa que tener un fin de semana mucho más largo y decidieron emprender rumbo a lugares de descanso y recreación o de retorno a su tierra como si estuviésemos en temporada de vacaciones, su irresponsabilidad con la sociedad no tiene precio.
El día jueves la terminal de transporte terrestre estaba abarrotada de gente buscando la forma de irse o retornar a “su tierrita”, sin tener en cuenta las medidas en cuanto a las aglomeraciones, uso de implementos de protección, sin tomar en cuenta que los más vulnerables son los niños y personas de la tercera edad.
Este es sin duda el cuadro más triste de la sociedad colombiana, la falta de cultura para enfrentar una situación que nos afecta finalmente a todos.
Conclusión
Penosamente no somos una sociedad educada para la prevención sino para la corrección luego de cometido el error, y de la letra con sangre entra, es por eso que solo hasta que no empecemos a ver las consecuencias plasmadas en la muerte de personas a causa del coronavirus, y no cualquier persona sino que la veamos cerca a nuestra comunidad o incluso familia, no seremos conscientes de lo que enfrentamos.
